En estos días se cumplen dos años de nuestra participación en el concurso de “La mejor fabada del mundo”, en su primera edición. En aquella ocasión nos presentamos con una gran ilusión, la misma con la que vamos este año. Una ilusión que se complementa con la seguridad que nos da el producto con el que trabajamos; y con una referencia muy sabía, la del auténtico jurado para cualquier negocio, el cliente del día a día, porque él es el sabio, el que te da el marchamo de calidad y de mejora continúa.
En el transcurso de estos dos años, con mucho trabajo y esfuerzo, hemos conseguido que la fabada asturiana esté ligada directamente a nuestra casa, a Casa Chema. Hemos conseguido posicionarnos como referente gastronómico, y no por el hecho y el trabajo publicitario en rr.ss. y en la red en general (puedes llamar a los clientes, pero luego hay que responder a las expectativas creadas, aunque este será un tema que trataremos en otro momento), sino por haber trabajo en la búsqueda de esa mejora necesaria para los negocios de cualquier ámbito, y creo que más en la hostelería, un bien el cual no es necesario y es más un lujo que una necesidad, por los tiempos que nos tocan vivir, no nos quejaremos y seguiremos en el camino de esa mejora.